Reflexiones sobre los perfiles y competencias profesionales ante la industria 4.0
Si realizamos un análisis histórico de la evolución del mercado de trabajo, centrándonos en los métodos de trabajo y en su repercusión sobre la empleabilidad y los perfiles y competencias profesionales, en la actualidad nos encontramos ante una situación de revolución tecnológica denominada Industria 4.0, un término con el que hace referencia a la cuarta revolución industrial. Con ella ha surgido la robotización y la inteligencia artificial, la comunicación de sistemas que no interrelacionaban antes de forma natural para producir mejor, con mayor productividad y con menor coste de producción gracias a la reducción, entre otras cosas, de las incidencias y fallos.
Estos cambios afectan con mayor o menor intensidad a todos
los ámbitos de la vida privada, de la socialización y de la actividad
productiva y se materializan en la aplicación de una variedad tecnologías
innovadoras como la robotización y automatización, la inteligencia artificial,
el uso de algoritmos, la realidad aumentada, el big data, las tecnologías 3D, los simuladores, el denominado “internet de
las cosas”….etc. Todas ellas suponen una auténtica revolución en los métodos de
trabajo y los perfiles y competencias profesionales de los trabajadores/as y
representan una situación para la que el sistema educativo no está preparado al
estar diseñado, precisamente, para la segunda o tercera revolución industrial. La
forma y los ambientes de trabajo, de hacer negocios, de comunicarse e
interrelacionarse se ha modificado produciendo cambios en todas las esferas de
nuestra vida pero, especialmente, en la forma de producir y de trabajar.
Estas ideas aparecen claramente reflejadas en dos interesantes
videos que pueden servir para contextualizar toda reflexión acerca de este
escenario actual y futuro:
Ø La
campaña de sensibilización “Mi empleo, mi futuro” lanzada en
2019 por la Fundación COTEC para la innovación incluye un interesante
documental sobre “robots, economía, clase media…y el fin del mundo” que puedes
ver aquí
(https://www.youtube.com/watch?v=htAnVeMtrr8&feature=emb_title)
Ø Por
otra parte, este documental de 2019, de diez minutos de duración, titulado “Mi
compañero de trabajo es un robot” que puedes ver aquí
(https://elpais.com/economia/2019/11/14/actualidad/1573734706_999849.html
)
En la siguiente infografía podemos ver un estudio de la Universidad de Oxford en el que se señalan las 10 profesiones más y menos amenazadas por este entorno cambiante y de revolución tecnológica:
¿Qué es lo que
diferenciará al factor humano frente a la automatización
y robotización que ya está marcando gran
parte del sistema productivo?
Desde la primera revolución industrial todo aquello que no se ha
podido automatizar/mecanizar ha tenido un valor incalculable pero con la revolución
actual de la "robotización" y la evolución de los trabajos que las
máquinas ya pueden hacer está premisa adquiere mayor aplicación. Las
habilidades y competencias que las máquinas no pueden desarrollar o en las que
simplemente son menos efectivas que las personas serán aquellas en las que
deberá especializarse todo trabajador/a. Además del “saber hacer” propio de
cada puesto y de las cualidades básicas de cada perfil profesional los
trabajadores/as y el sistema educativo en todos sus niveles y posibilidades
deben centrarse cada vez más en las competencias y habilidades en las que se
considera que las personas son y serán superiores. Son aquellas competencias
que aportan valor cualitativo y sensibilidad en cada trabajo como la capacidad
de trabajar por proyectos gestionando personas o las dotes de comunicación o
creatividad amparadas siempre en la capacidad y la motivación por el
aprendizaje continuo. Por señalar algunos ejemplos para la reflexión, en cada
trabajo las personas podemos aportar, aplicar, destacar y crecer en:
ü Pensamiento
lateral: Este tipo de pensamiento busca soluciones a los problemas
que no siguen las pautas lógicas utilizadas normalmente, se apoya en ideas que
se salen de lo habitual, busca caminos alternativos de resolución. Se trata de
un tipo de pensamiento creativo, que escapa de las ideas preconcebidas. Por
citar algunos ejemplos de la aplicación de esta manera de pensar en forma de
acertijo o dilema al que nos enfrentamos “pensando de manera diferente”: "¿Cuándo
se puede transportar agua en un colador?. Cuando está congelada";
"Dos personas estuvieron jugando a las damas. De cinco partidas cada una
gano tres. ¿Cómo es posible?. Porqué estaban jugando por separado"
"¿Cómo puede pincharse un globo sin que se fugue el aire y sin que el
globo estalle?. Debe hacerse estando desinflado" "Un joven sale de
casa a toda prisa para ver a un amigo. Olvida el permiso de conducir en su
casa, pero no vuelve a buscarlo. Cruza un semáforo en rojo y marcha en sentido
contrario por una de las avenidas más transitadas de la ciudad. Ni lo detiene
la policía, ni tiene accidente alguno. ¿Cómo es eso posible?. Pues porque el
joven no conducía, iba a pie".
ü Pensamiento
crítico: las máquinas no improvisan ni manejan lo
"impredecible". La persona sí que puede desarrollar la capacidad de
improvisar, resolver problemas no previstos. Puede que una persona nunca sea mejor
que una máquina en cumplir una orden pero con el pensamiento crítico en lugar
de hacer lo que se supone que habría que hacer (esa orden que una máquina
cumplirá mecánicamente y sin dudar) a veces actuamos de otra maneras,
inesperada e impredecible y de ahí pueden surgir errores pero también ideas y
nuevas formas de hacer y de trabajar. En resumen: la capacidad de resolver
problemas no predecibles.
ü Razonamiento
y pensamiento metafórico: este pensamiento nos
lleva a establecer conexiones entre dos cosas diferentes, reconociendo que en
cierto modo comparten un rasgo común o ejemplifican un principio común y así las metáforas ayudan a crear eslabones entre
los atributos de algo nuevo y nuestra propia experiencia cotidiana. En esencia el pensamiento metafórico consiste en unir
dos conceptos de forma que resulte una mejor comprensión de uno de ellos. Por
ejemplo, se puede ejercitar este pensamiento respondiendo a dos sencillas
preguntas: ¿a qué se parece algo y a qué no se parece?. “¿A qué se parece una
silla?” con las respuestas podremos generar conexiones entre cosas que
aparentemente nada tienen que ver y profundizar en resultados que nos amplían y
mejoran la comprensión de una realidad.
ü Capacidad
para hacer preguntas: por ejemplo, cuando se inventaron
las calculadoras se pensó que éstas iban a sustituir a los matemáticos y si
bien es cierto que pudieron eliminar algunos puestos de trabajo, de los
"calculistas", no eliminaron a los matemáticos que como personas
aprovecharon el impulso y facilidad de los cálculos para preguntarse cómo
avanzar, hacer teorías y teoremas...etc.
ü Equivocarse
mejor para aprender del error: las personas somos falibles, nos
equivocamos pero se puede decir que “nos equivocamos mejor” y buscamos mejor
las ventajas de un error/equivocación aplicando el pensamiento lateral frente
al pensamiento vertical y no teniendo miedo, por osadía, a la equivocación.Lo
cierto es que muchos de los grandes inventos que usamos hoy día surgieron de
errores como la penicilina, la coca cola o el post it.
ü Socialización: las
máquinas se conectan pero los seres humanos se socializan y lo hacen para
buscar y lograr sinergias y solidariamente trabajar en equipo aprovechando las
competencias y perfiles de unos y otros. El ser humano parece que está diseñado para "ayudarse"
y socializarse, actuar complementándose. Por lo general los equipos con
personas con diferentes perfiles funcionan mejor de modo que la capacidad de
complementarse con personas que piensan de manera distinta puede resultar
esencial y diferenciadora en un perfil profesional.
ü Inteligencia
emocional: "¿se puede contar un partido de fútbol a un ciego?",
pues sí, intentando que sienta y viva ese partido que no puede ver pero sí oír
y percibir.
ü Creatividad
tecnológica y en el diseño: las personas sabemos y podemos
utilizar la tecnología para crear e innovar aportando así nuestra diferencia.
El ejemplo de la venta del producto Nutella
en Italia aportando el valor cualitativo de que cada envase tuviera un diseño
único y diferente algo que. Solo con tecnología de diseño se pudo lograr ese
impulso publicitario y de marketing de fabricar miles de botes con un diseño
único pero la idea se le ocurrió a una persona no a una máquina. Recordemos que
de las emociones y las aficiones de la persona surgen ideas creativas.
ü Capacidad
para gestionar equipos y también equipos “virtuales”:
el trabajo en equipo y la gestión de personas para lograr la mayor eficacia y
eficiencia en los resultados se debe aplicar también a las nuevas situaciones
de trabajo a distancia y teletrabajo.
Podemos concluir con una visión esperanzadora que requiere un mayor esfuerzo de adaptación y revolución del sistema de competencias y formación profesional a todos los niveles: la repetida amenaza por la que "un robot te va a quitar el empleo" no es inamovible. Quién nos podrá quitar el empleo, en su caso, será otra persona que haya encajado mejor con esta nueva situación productiva y competencial. No se puede luchar contra la revolución e innovación tecnológica a todos los niveles, es un movimiento imparable por lo que desde nuestra formación personal y profesional debemos intentar “crecer” en el aprendizaje continuo y destacar en las aptitudes que se derivan de una amplia fórmula de las nuevas habilidades en el trabajo: creatividad + imaginación + intuición+ sensibilidad + capacidad de soñar + capacidad de sentir + placer por el trabajo o con el desafío del trabajo + la motivación por mejorar. Con esta adaptación e impulso lograremos la máxima por la que en gran parte de los perfiles profesionales, los actuales y los próximos aún por descubrir, “el futuro son personas apoyadas por máquinas”.
Fuente: Roberto Suárez Malagón. Profesor de Formación y Orientación Laboral. Asturias
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